viernes, 20 de noviembre de 2009

Teoría de la imaginación

A veces, más que vivir, nos imaginamos viviendo. Imaginamos que estamos donde estamos, y que conversamos con quien conversamos, de los temas que conversamos. Imaginamos que nos entienden, y que entendemos a quienes nos entienden. Que somos visibles para los demás transeúntes. Que alguien se fija en nosotros. Que alguien habla de nosotros. Imaginamos esta tarde que es tranquila y es hermosa. Más tranquila y más hermosa de lo que puede en realidad ser una tarde. Imaginamos que somos. O que no somos. Que tenemos o que no tenemos. Imaginamos para bien y para mal. Que podemos o que no podemos. Que nos deben o que debemos. Y en esta continua realidad imaginada, también somos imaginados. Nos imaginan más y nos imaginan menos. E imaginan que imaginamos lo mismo, y que estamos de acuerdo.

Yo imagino que me basto, y que estoy, y que puedo. E imagino mis síes y mis noes, con tanta claridad como si los viese. Me los imagino, y me los creo. E imaginando que imagino a veces imagino que escribo, y que quien me lee lo entiende.

Pero sólo imagino.


domingo, 8 de noviembre de 2009

Si te acuerdas de mí

Quería preguntarte,
si te acuerdas de nosotros cuando llega el otoño.
Si alguna vez paseas por aquel parque
buscando gotas de viento
sacudir nuestros pasos.
Si visitas nuestra escalera
para contemplar, como hacíamos al atardecer,
la caída del ocaso.
Si en tu montaña se volvió a posar
una lechuza sobre el alambre,
y si en el valle aún se confunden
el agua,
los helechos,
y el pato de ojo colorado.
Si viajas a la laguna
con la llegada de los flamencos.
Y si alguna vez,
alguna vez,
me llevas contigo.

Quería preguntarte si echas de menos
mis palabras sobre tu oído,
y si te detienes a escuchar
a solas, como siempre,
el delicado sonido del trueno.
Si te preguntas dónde estoy,
o a quién regalaré mis silencios.
Si comparto los tesoros que construimos,
o si acaso,
los he olvidado.
Si volvieron a besarme,
si me hablaron de amor.
Si despertó de nuevo
el deseo inocente,
y la ilusión incombustible.

Quería preguntarte qué quedó de aquellos años,
si habitan en alguna parte, fuera de mí.
Si los llevas contigo,
o los perdiste en el trayecto
entre otras manos,
otros labios,
otros dueños.
Si alguien te volvió a dedicar
versos apasionados.
Si pudiste recuperar
aquello que perdimos.


Si te acuerdas de mí.


Si te acuerdas de mí.